08 junio 2010

Sólo conozco andenes
de los que todo parte, nada llega.
He nacido en un tiempo
de zumbidos de adiós,
largos ríos de manos y silencio.

La antorcha vacilante,
la puerta que se cierra,
la sonrisa marchita por el aire,
la inminencia del hueco
donde hace unos minutos
maduraba una cosa.

Ésta es mi parte del botín:
ser el vigía quieto, ignominioso,
de un lugar donde todo es despedida.


Susana Thénon

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